Poco después de que Vladímir Putin decretase una movilización parcial de la población rusa para acudir a luchar en Ucrania, el movimiento opositor Vesná convocó protestas en todas las ciudades del país. Miles de ciudadanos desafiaron el riesgo de manifestarse en Rusia, que puede implicar penas de cárcel y ser enviado al frente, y salieron a la calle a mostrar su malestar por la decisión del Kremlin. La policía ha detenido a más de 1.300 personas en 38 localidades, según los datos de la organización independiente OVD-Info. En Moscú la marcha congregó a más de un millar de manifestantes.